El nuevo jefe de Twitter, Elon Musk, ha difundido este viernes lo que —según afirma— “realmente pasó con la supresión de la historia de Hunter Biden” por dicha plataforma.
El empresario se refirió a un hilo del periodista y escritor Matt Taibbi, quien explicó cómo la plataforma, que “inicialmente fue una herramienta brillante para permitir la comunicación instantánea de masas”, poco a poco “fue obligada a agregar barreras” para controlar la narrativa. A partir de un determinado momento, gente desde fuera de la empresa empezó a dirigirse a sus ejecutivos para que “manipularan la narrativa”, y para el 2020 ya se veían como “rutinarias” las peticiones para borrar ciertos tuits.
En un mensaje interno, un empleado le pasó a otro varios enlaces con el comentario de “más desde el equipo de Biden para ser revisados”, a lo que le respondieron “listo”.
8. By 2020, requests from connected actors to delete tweets were routine. One executive would write to another: “More to review from the Biden team.” The reply would come back: “Handled.” pic.twitter.com/mnv0YZI4af
— Matt Taibbi (@mtaibbi) December 2, 2022
Como resultado de tales peticiones de un partido político, “celebridades y desconocidos podían ser suspendidos o revisados”, continuó Taibbi, quien destacó que esto lo hacían tanto los republicanos como los demócratas.
9. Celebrities and unknowns alike could be removed or reviewed at the behest of a political party: pic.twitter.com/4uzkHnQ65E
— Matt Taibbi (@mtaibbi) December 2, 2022
Sin embargo, destaca que este sistema “no tenía balance, sino estaba basado en contactos” y, ya que la “mayoría” de los empleados de Twitter son “gente de una orientación política”, el Partido Demócrata tenía “más canales y más maneras” de denunciar cosas.
Cuando el periódico New York Post publicó el material de Hunter Biden, Twitter “tomó medidas extraordinarias para suprimir la historia, borrando enlaces y publicando advertencias de que podría ser ‘dañino'”, e incluso bloqueó su difusión por mensajes directos, lo que es una herramienta que hasta ese momento solo se aplicaba a “casos extremos, como la pornografía infantil”.
“La portavoz de la Casa Blanca, Kaleigh McEnany, fue bloqueada por tuitear sobre la historia, lo que provocó una furiosa carta del empleado de la campaña de Trump, Mike Hahn: ‘Al menos finge que te importa durante los próximos 20 días'”, continuó.
Añadió que el incidente hizo que la jefa de políticas públicas de Twitter, Caroline Strom, preguntara por la situación. En respuesta, recibió una carta con la explicación de que la historia del portátil había sido eliminada por violación de la política de “materiales pirateados” de la empresa.
Taibbi subrayó que, “aunque varias fuentes recuerdan haber oído hablar de una advertencia ‘general’ de las fuerzas de seguridad federales ese verano sobre posibles ‘hackeos’ en el extranjero, no hay pruebas de ninguna implicación gubernamental en la historia del portátil”.
Señaló que la decisión se tomó en “los niveles más altos de la compañía, pero sin el conocimiento del director ejecutivo Jack Dorsey”. Afirma que el papel clave en este caso fue desempeñado por el exjefe del departamento legal, política y confianza, Vijaya Gadde.
El polémico portátil
El contenido del portátil fue reportado por The New York Post por primera vez antes de las elecciones presidenciales de 2020. En aquel momento, directivos de la campaña de Biden, así como funcionarios de Inteligencia y medios de comunicación estadounidenses, lo desmintieron y calificaron como parte de una operación de “desinformación rusa”, destinada a conseguir la reelección de Donald Trump. Las principales empresas de redes sociales, como Twitter y Facebook, impidieron entonces que se difundiera o compartiera información sobre el laptop y su contenido.