El presidente de Argentina, Alberto Fernández, reveló este miércoles los pormenores de los problemas de salud que padece y que lo obligaron a suspender durante unas horas su participación en la cumbre del G20, que se celebra en Bali, Indonesia.
“El estrés y los nervios tienen mucho que ver, los médicos me pidieron que pare, a la vuelta haremos estudios más cuidadosos”, explicó el mandatario en una entrevista radiofónica.
El martes por la mañana, Fernández sufrió una descompensación con mareos e hipotensión, por lo que fue trasladado a un hospital de Bali, en donde permaneció internado durante varias horas para realizarse estudios de diagnóstico.
Más tarde, la Unidad Médica de la Presidencia comunicó que al mandatario se le diagnosticó “una gastritis erosiva con signos de sangrado” pero, a pesar de que le recomendaron que cancelara por completo sus actividades, Fernández continuó con la gira.
“Fue un mal momento, tuve un problema estomacal que arrastro hace muchos años y que nunca se había manifestado en esa forma de que sangre, eso me hizo bajar la presión muchísimo y me obligó a hacerme un estudio”, explicó el presidente, quien celebró su pronta recuperación porque es “un dato tranquilizador”
También agradeció a todas las personas que se preocuparon por su estado de salud. “Más me asusté yo”, reconoció entre risas.
En ese sentido, destacó la llamada que le hizo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner desde Buenos Aires. “(Es una) cosa que agradezco y valoro mucho”, dijo el mandatario, quien sostiene en los últimos meses varios desacuerdos con su número dos.
Agenda acotada
Después de su hospitalización, el presidente ofreció una conferencia de prensa en Bali en la que ratificó el diagnóstico que había sido transmitido en el comunicado oficial.